jueves, 4 de febrero de 2010

Simpre me va bien...




El siguiente relato es ficticio, salvo algunos pasajes (así es hijos míos) los cuales, son tomados de el anecdótico diario personal o ajeno, mas cuales no especificare por el simple hecho de que me da h-u-e-v-a.

Son las 3:22 de la madrugada de un malparido lunes de febrero. Toda la noche estuvo lloviendo, y ho sorpresa, justamente hoy el techo de la habitación de mi cuarto decidió ceder a le gélido escarceo del agua que se filtro a través del mismo, para que ante mi gran sorpresa, se materializara, por orden de generación espontanea, una hermosa regadera natural sobre mi cama. Ventajas: te ahorras la bañada. Desventajas: la bañada que te ahorraste estaba planeada dentro de una regadera, no en una cama, mientras estabas desnudo, no con la ropa que intenta mantenerte lejos de la hipotermia nocturna, con agua caliente, no con agua pluvial que de seguro viene con ori… en fin, pensé que ese sería el suceso chusco de la semana: mi colchón, se convirtió en un colchón de agua.

Después de mi odisea marina dentro de mi cuarto-alberca, decido ducharme una vez más, en esta ocasión, como dios (y las personas mentalmente sanas) manda. Lamentablemente entre el cabeceo debido a mi prematura amanecida, se me pasaron las horas de algún modo extraño que cuando volvía a ver mi brillante reloj, eran ya las 7 am, hora de ingreso a la uní. Entre vagos “putamadre”, “me lleva la chingada”, y otras frases de alto carácter intelectual, me subí a mi ya no tan familiar transporte colectivo, que para ser franco, a primera instancia parecía un temazcal, salvo que el aroma a finas hierbas había sido suplido por un delicado buqué de hocico sin lavar. Supongo que la gente no tuvo tiempo, así que con un esfuerzo por contener mi jetita de nenita oliendo pacuzos* ajenos, me fui a sentar al único lugar libre en el colectivo: ese asiento que se ubica en la última fila, y que en plena frenada de pánico del operador (nhaaa, que va. Falso) vas a limpiar el pasillo de escupitajos, y porquería con tu suéter que compraste hace un par de días en ZARA.

A mitad de mi trayecto, y más agitado que el seco, que james bond cambiara el siguiente año por un mojito Bacardi, me doy cuenta de que mi grisácea cartera repleta de logos NaCo. Se ha quedado en la mesa del comedor, y lo único que cargo es el cambio del billete de a $50 que me devolvió el “14, llevas 5 de tu compañero, vas quemado con 3”. Sonrío para mi mismo mientras pienso: “hoy me quieres patear las bolas, pero, mira que no lo logras…”

después de pasar varias clases, me hago a la idea de que salir de la escuela ese día, era lo mejor que me podía pasar. Para ese momento ya tenía los ADIDAS mas mojados que Julián Pérez Olvera (migrante Michoacano, también ficticio, que cruzo a nado limpio 9 veces, hasta el día de hoy, el rio Bravo), y temía que me tuvieran que cortar los dedos de los pies por hipotermia. Solo faltaba una clase, y seria libre (de la escuela, porque aun me faltaba un cacho de día). Saque el proyecto mensual de periodismo, que había impreso una noche antes en casa, y decidí, imprimirlo una vez más, no vaya a ser la de malas. ¡CHOPESAAAAA¡, no traes la puta memoria!!!...
1…
2…
3…
4…
5…
6…
7…
8…
9…
1000000…
Ok, no pasa nada, solamente debo ir a la papelería, y pedir unas dos copias de mi trabajo. “no me patearas las bolas”…
Salgo del salón, y al bajar el escalón, del pasillo, la suela de mi tenis decide que no se le hincha la fuc&$% gana, tener gripp, y el departamento de carnes, cae como la popularidad de Casterns, hacia un turbio charco que me recibía con los brazos abiertos. Ah! Que frio esta, no tengo ganas de levantarme, el hombro tiene una constante punzada de dolor. Mi hermana dice que la dignidad, y el glamur, ante todo. Giro sobre mí mismo, cual oso panda juguetón, para poder ponerme a 4 puntos. A ver, si mis manos están abiertas, apoyadas en el piso, donde esta mi proyecto periodístico mensual que me costó 4 huevos hacerlos en 3 días? Haa!! Mira, está ahí en ese charco de agua, pfff, menos mal, pensé que se había ido al espacio…
Con el apéndice, al triple de su tamaño normal, me incorporo. Levanto mi trabajo del charco, y me dirijo a la papelería. La encargada gira y me dice: “Buenos días, en que te puedo serv…”, al parecer, el ver mi trabajo aun escurriendo sobre el mostrador, y a mí con aspecto de perro callejero pateado, le rememoro a algún flashback de su infancia. Le ayude.
“quiero dos juegos de copias”, dije, señalando mi húmedo trabajo.
-“oye, pero esta mojado”
-“claro, que no, a ver? Haaa mira, si es cierto.... me sacas dos juegos de copias por favor?!!!”
-“así mojado no se puede, por que se descompone la copiadora”
-“gracias”.
Le sonreí con la cara más hipócrita que mide hacer. PERRA!!! Cuando tu estúpida corbatita se atore en tu copiadora y te empiece a estrangular, estaré ocupado sacándole copias a mi trabajo mojado. Llegue al salón justo en el momento en el que el profesor, solicitaba mi trabajo.
-“Lerma Estrada Oscar Arturo…!!!”
Tome mi mochila, guarde mis cosas, me acerque al escritorio, y le deje encima mi trabajo mojado, y me sali de la escuela. Yehaaa, por fin algo bueno, 40 minutos extras en mi día!!! Como el día seguía lluvioso, abrí mi paraguas tamaño industrial, y camine por la calle. Llegue a una tiendita y me abastecí de la mayor cantidad de porquerías posibles. Caminar, por la calle, mientras consumes alimentos altos en grasas trans, es de las mejores cosas que uno puede hacer para des estresarse. Constate que aun tuviera $6.50 para mi colectivo a casa. Y a decir verdad el caminar sin rumbo fijo me abrió los pulmones y la cabeza. Creo, que las cosas que aparecen malas generalmente son vistas desde una perspectiva equivocada, o por lo menos, no son vistas desde el mejor enfoque.
Cuando pase junto a un bote de basura, decidí que era hora de deshacerme de toda la basura que traía en los bolsillos (enseñanzas de mis padres: la gente que tira basura en la calle, están frustrados porque no nacieron puercos). Con una velocidad, increíble me deshice de la basura, y al tirar el empaque del gansito, escuche al fondo del bote, una especie de tintineo… Agache la mirada y me asome por la rendija, y vi al fondo del bote $6.50 exactos. “vaya, a algún imbécil le sobra el dinero”. Esta frase la dije mientras hurgaba en mis bolsillos, rogando a la divinidad de las monedas de que ese imbécil no fuese yo.
-“vaya, soy un imbécil”…
Bien, nadie nunca me dio clases de cómo pepenar, en los botes de basura. Pero he visto a personas, sacar latas de aluminio, del fondo de esos mismos botes. La chingada, si ellos pueden, yo que tengo unos brazos, “extralarge” también voy a poder. Déjenme contarles, que el acto de pepenar es todo un arte, no cualquiera puede hacerlo, requiere mucha flexibilidad, fuerza, ingenio, y valor, para fingir que nadie te ve, cuando 6 personas están sin moverse en la banqueta, dedicándote exclusivamente toda su atención a ti y a tu show de el bote de la basura, por un momento llegue a pensar que hasta el muy cabron de mi reloj se reía de mi. Termine peleándome con el bote, intentando arrancarlo del poste, como lo hacen los del servicio de limpia cuando los vacían. Al parecer estos botes hijos deputa, son muy seguros, han de tener un lector de huellas dactilares para que no cualquier persona que no sea del servicio de limpia los zafe de su soporte. También sentí que el bote de basura se reía de mí mientras lo zangoloteaba con todas mis fuerzas. Al final una de mis espectadoras, una anciana de unos 70 años con andadera, se acerco a mí a ofrecerme ayuda:
-“joven, quiere que le ayude”?
-“no señora, muchas gracias, ya termine con mi rutina de ejercicios de hoy”…
Le eche un último vistazo a mis $6.50, y les desee la mejor de las vidas en el basurero de Mompaní. Camine hasta casa, y para esas horas ya había anochecido (si, así de pinche lejos está).
Antes de cruzar, mi laguna artificial que se forma frente a mi casa en época de lluvias, voltee a ver la vivienda de mi madre y sentí mucha tranquilidad al estar ahí. En ocasiones creo, que no valoramos el hecho de que tenemos un lugar al cual llegar y pasar la noche (en una regadera espontanea). Sonreí y entre. Salude a mis mujercitas ya a mi madre:
-“que onda mijo, como te fue?”
-“ me fue bien mama, que están viendo en la tele?”
Al final, todos los días se acaban….
* pacuzo: patas, culo, zobaco…


p.d: El tren pasa primero de Elena Poniatowska. Léanlo

p.d2: nadie quiere ir al coachella de este año?

p.d3:Si no saben cómo controlar una gotera, díganme, y lo averiguamos juntos.

p.d4: Ya no soy virgen de multas de transito.

1 comentario:

  1. Al leer tu entrada tuve un dejavu!
    Lo mismo me pasó!
    Entré a la Guadalajara de ahí de Zaragoza. Compré un triste pan con los últimos 10 pesos, asegurándome de guardar los 5 para el camión y al salir ¡ZAZ! que los tiro a la basura. Y también me puse a pepenarle, pero no los alcancé, había mucha basura, así que también tuve que caminar....

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