jueves, 17 de septiembre de 2009

Quejas?

Buenas madrugadas, esta es la segunda entrada de este pequeño, recién nacido y poco maduro, blog. Quizá la primera entrada no fue del agrado de todos, pero entenderán que en fechas patrias, (a mi criterio) no hay mucho que festejar. De cualquier modo la gente grito, petardeo el cielo, se puso media peda y todo es saldo blanco, por lo menos buenas noticias en ese aspecto.

Ayer iba saliendo de la escuela, acompañado por Jericó, el plan era ir a subway a comer plástico como lo hemos venido haciendo desde algunas semanas por cuestiones de hueva que solo algunos podrán entender. Al ir en el urbano, un “flamante” Nissan Tsuru “tuneado” con su “deflector” de aire de mesa de coca-cola, y unos tapones de plástico cromado en las ruedas fungiendo como rines deportivos, se le cerro a nuestro transporte, por lo cual el operador tuvo que frenar de manera brusca. Como mexicanos ejemplares el saludo hacia las madres mutuas fue unísono y hasta coreado, el detalle que hizo que el subway de pollo teriyaki no me cayera bien, fue que el “conductor “ del “deportivo” se bajo a soltarle un listado de sus mejores groserías de catalogo. No las conté, pero fueron muchas groserías, y no es que yo no las diga, son básicas para el expresar común individual o colectivo, pero la forma en que este sujetillo las acomodo y la velocidad con las que las disparo, me saco una sonrisa en medio de mi acido día.

Como cereza del pastel iba pasando el turibus, repleto de gente, de la cual calculo que un tercio, no es de México, y supongo han de haber pensado que sujetos como aquel del Tsuru son atractivos naturales de nuestro país, de otro modo no me puedo explicar por que le fotografiaron tantas veces.

Llegamos a el establecimiento de subway, riéndonos entre nosotros del suceso, y aun estábamos platicando de la imagen que proyectamos como mexicanos, cuando la voz chillona de una chica bien que iba acompañada por su bolita de amigas pidiendo un pizza sub me saco de mi trance de criticoneria aguda (que aquí entre nos, se me da bastante bien). Jericó ya venia de jetas por unos problemas que tuvo con unas tareas, así que en su “bastard mode on” (gracias Alaide) clavo su mirada en la chica bien que no se decidía por que jodido pan elegir. Jesucristo, si son solo 4 panes, por que tiene que darse a notar a toda la fila de muertos de hambre que íbamos atrás? No obstante eso no fue lo peor, la nenita estaba tratando a la chica del sub como ustedes tratarían al ex que les fue infiel 40 veces (hay unos que si aguantan eso) así de la versch. Le dijo desde: “oye, te lavaste las manos”? (aun que la estúpida vio que usan guantes de plástico) hasta: “disculpe, empleada (textual)te puedes dar prisa por favor? Nos urge llegar con nuestros chicos a galerías” (weeeey justamente medio local nos estábamos preguntando que ibas a hacer después de tardarte 12 minutos en escoger un puto pan y tragártelo). Por supuesto la chica sub, estaba entre apenada, y no quiero imaginar las lagrimas que lloro tras la puerta que dice “solo personal autorizado”. Jericó como buen defensor de los débiles empezó una de sus actuaciones de “chingarlamadrealprojimodiscretamente” lo cual nos vino como anillo al dedo; Jericó hizo enojar a la señorita bien y sus secuaces de escotes llamativos y nos ganamos feliz mente un “muéranse pinches nacos” de esas finísimas boquitas. Pensé que se irían superencabronadisimas patinando rueda en su *ponga marca de autos de lujo de su elección*à _____________, pero no, se subieron a un bus.

Jericó le saco una sonrisa a la chica sub con un chiste bastante malo y un coqueteo aun peor, pero el asunto es que los supergordos salvaron el día de nuevo.
No quiero que piensen que en este blog vendré a quejarme como nena de lo que nos pasa todos los días, no señor, mas bien, quisiera invitarlos a que reflexionen un poco. La mayoria de los mexicanos (si no, es que todos) tenemos por hobbie y habilidad innata el quejarnos. De cosas tan insignificantes y pendejas como que el clima es malo hasta propaganda mala que le hacemos al carbón de la oficina.

Pero sobre todo eso, es de ponerse a pensar que nos gusta. Si, nos gusta quejaron so, llegar a casa y decirle a la familia que tal o cual pendejo hizo esto o aquello, y es clásico, que cualquiera de nuestros espectadores (los que “escuchan” nuestras quejas) nos apoyen con un: “no mames, te cae? Que pendejo” es un hobbie, es una fascinación natural que tenemos, y quiero pensar que no solo los mexicanos, sino el humano enteramente.

La verdad creo que nuestra sociedad dista mucho de ser perfecta, (dentro de la "estereotipacion" de una sociedad perfecta) pero pensemos, que esos casos de lo que nos quejamos a diario, son nuestro pan de cada día, y aunque por afuera parezca que los odiamos, necesitamos quejarnos para mantener nuestra “felicidad” intacta, porque hasta de eso necesitamos para hacer platica. Ej.: el silencio incomodo en la casa de tu chica/o mientras estas en la sala con tus suegros y tu date se alista puede desaparecer si comentas indignadamente el paquete económico que nos quiere dejar caer Casterns, o la pésima labor educativa que tiene tal maestro en tu escuela. Quizá es un poco complicado darme a entender de la importancia de quejarse, y eso que solo estoy tomando en cuenta el lado negativo, faltaría ver los cambios positivos que puede generar la queja sobre una sociedad inconforme con la mediocridad diaria en la que se desenvuelve.

Así que no vean tan malo el quejarse, al final siempre es una salida sencilla al stress diario. Aunque hay quienes se proyectan y viven del quejarse, osea todo con moderación…


pd: me quejo de que mi BLOG no es conocido y súper visitado.

pd2: Rebeca, me dejaste plantado y eso significa castigo: no habrá tacos el viernes…

pd3: me quede preocupado por las chicas bien y sus dates…

pd4: para quien quiera descuentos en subways, tengo un amigo que se ligo a una manager…

1 comentario:

  1. Oscar, te recuerdo que tú exageras eso del quejarte...

    Pero pues hay veces que si es bueno.

    Y por cierto, es BITCH MODE ON...

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