Lo que nunca hice con rocha (mi psicologo): abrir mi cabeza y proyectar todo lo que hay ahi...
domingo, 13 de diciembre de 2009
Esta noche, todo va a estar bien...
Esta noche, todo va a estar bien. Es lo que me dicto todos los días al irme a la cama, después de la escuela, trabajo, tareas, amigos familia, y hasta breves lapsos de tiempo dedicados a mi persona, esta es la idea que me tatúo en el pensamiento todas las noches. Quiero imaginar que al final, todos los sucesos, que nos marcan la vida (para bien o para mal) son una especie de modificación al guión de la misma. Que sería de mi (sin caer en tintes egoístas y semimartires) sin las crisis que me dan, porque la extraño, porque está lejos? Que sería de mi sin esas discusiones de carácter emocional con el pervertido de Jericko? Que sería de mi sin esas charlas agradables y rosas con Adri? Que sería de mi sin esta personalidad inestable, voluble, y frágil que se me pega a mí al momento de abrir los ojos y no me abandona varios sueños después de dormir?
Y si, lamentablemente soy un nostálgico, que si, lamentablemente casi siempre lucha por aferrarse a ciclos ya cerrados, pero bueno, así soy; supongo que también es parte de mis defectos a los que he aprendido a sacarles jugo. Y me irrita un poco, saber que Mariel tiene una pizca de razón en su idea de que ella y yo compartimos la característica de que cargamos un caparazón enorme que nos cubre de lesiones emocionales y de algún modo disfraza nuestras personalidades superfluas de fortaleza.
También, esta semana me sorprendí un poco de mi mismo, y la mierda, que no fue de una manera positiva. Mas bien fue algo de lo que me avergüenzo, no de manera apocalíptica; pero si es triste saber que no tengo la fortaleza de dejar ir a alguien por mis propias palabras, sino que tengo que generar una imagen fake de “yo”, para que esta persona sea la que decida alejarse de mi. Y es triste y a la vez humano. Saberme con la creatividad para mentir de manera negativa sobre mi persona, para romper lazos tan fuertes que yo mismo me declaro incompetente para eliminarlos.
Pero al final, quedo consciente de que lo que hice fue para el bien de ella, y de algún modo indirecto, del mío. Y sé que ella ni nadie lo entenderá, y también se que el hacer esto, requiere una concentración muy fuerte de amor para poderlo llevar a cabo, de lo contrario, caería en lo inútil y simplemente aplazaría lo inevitable. En esta ocasión podría decirse que yo “perdí”.
En esta semana que finalizo, tuve platicas muy “profundas” por el hecho de que fueron con personas con las que no suelo profundizar en nada. Cesar, insiste en que haga algo el día de mi cumpleaños, y a mí me parece algo ya como una especie de refrito, de un refrito del año pasado, que está basado en un refrito del antepasado. Lo que de verdad quisiera es estar con ella, pero sé que no será posible, ya que en esos momentos estará en el mar, padeciendo nauseas, o buscando con binoculares algún iceberg potencialmente peligroso. Es probable que vea a Claudia, y tal vez a Jericko, porque ese wey tiene la capacidad de encontrarme donde sea. (Empiezo a sospechar que es voyerista).
El 19 de este mes iré al Distrito Federal a mandar hacer mis nuevos lentes de contacto, y de verdad que no tengo ni una pizca de entusiasmo, porque:
1.- me costaron un putero de lana.
2.- no me gustan los lentes de contacto.
3.- no se usarlos.
Pero bueno, ya me enseñaran a usarlos.
Cuando tenía como cuatro o cinco años de edad, vivía con mis padres y con mi hermana Fernanda en una casita pequeña, de interés social, en una colonia, que a mí, me gustaba muchísimo. En esa época aun no nacía ni cone ni jim. A mí me gustaba mucho “dibujar”, si así se le podía nombrar a mi adicción por marcar cualquier cosa mercable, ya fuera con plumón, crayola, color, lápiz, pluma, tiza e incluso aditamentos “embarrables”. Yo tenía la costumbre de meterme bajo mi cama y empezar a fantasear con pendejada y media; para esto, colaboraban mis juguetes, hojas de papel y mis utensilios de dibujo (chingaderas que rayan). En una ocasión, la imaginación voló tanto que termine dibujando una casita en una de las tablas de mi cama (imagen en activo en mi hi5) y mi madre se dio cuenta. Me saco entre chingadazos y gritos y groserías de debajo de mi cama. Me empezó a dar un sermón, acerca de que una casa es para vivir, no para destruirla (solo porque antes ya había pintado tres paredes y unos muebles piteros. Ay!! Como es de exagerada mi señorisima madre), y después de las nalgadas y zangoloteadas me dijo: “como quieres tu casa? Rota y tirada? Descompuesta? Sucia? Fea? Dime, acaso así quieres tu casa? O como quieres tu casa?!!!”
- como la del dibujo bajo la cama…
Ella empezó a sollozar y me abrazo. Creo que ya no recuerda bien el suceso. Pero, como dije al principio, son los sucesos que marcan los updowns de nuestra vida…
pd: Feliz 19. Feliz vida…
pd2: Aguas!!! En los conciertos de Café Tacuba, avientan té de hierbabuena!!!
pd3: Israel gracias por leerme, de verdad que eso inspira y honra…
pd4: Desconozco mi ciudad a tal grado, que envío a la gente por otras direcciones cuando me preguntan por calles tan importantes como Allende… pinche tonto…
pd5: Me estoy volviendo anti-social o la madurez me afecta hasta ese grado
pd6: Claudia, gracias por el separador. Me encanto…
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no creo que sea una pizca de razón, es más bien demasiada razón....
ResponderEliminarlo del dibujo debajo de la cama me encantó, la redacción esta muy buena que con razón tu madre lloró esa vez...
será que se necesita juntar mucho amor para dejar ir a una persona tan importante aún a base de mentiras y a lo mejor haciéndola sufrir??
a veces el amor no es comprensible o no lo queremos descifrar x aferrarnos a ideas que tenemos tan arraigadas dentro de nosotros
Chales...
ResponderEliminarOscar...
Eso de mentir de tí mismo lo viví. Eso no se hace, si te lo dije verdad?
Para la gente es fácil darse cuenta de nuestros defectos, pero no de nuestras cualidades, las cuales son las que debemos de acentuar.
Cuando uno se aferra a ciclos "cerrados", en realidad no lo son, así que aguas eeh.